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Mary O’Malley | Destellos de acero en el sol

Mary O’Malley | Destellos de acero en el sol

La cueva

¿Qué sombras entrarán esta noche en mi cueva oscura?

¿A quién postrará o fortalecerá la luna?

¿Qué formas? ¿La algarabía y volteretas

de una batalla de Hollywood?

¿Un alma sin absolución, enteca y blanca?

Quizá las vírgenes del mar naden ahora

junto a los antepasados grises de los Mac Conghaile,

las focas. El ir y venir de las mujeres con chal

dispuestas a quedarse es cierto.

 

Ciertas las oscuras horas que descienden en silencio

del precario techo de los sueños,

frenéticas en la telaraña de la desasosegada potestad del sueño.

Los estridentes o susurrantes fantasmas,

los muertos ancestrales, entran cada noche,

reclaman ser escuchados. Trillan los estrechos

de las amplias y esbeltas vocales, se ahogan con las palabras.

Mi boca torturada como un poema

forzado entre la chispa y la forma.

 

"Caol le caolagusleathan le leathan"[1], se burla de mí.

Escucho el dulce embrujo de las focas

e indago su procedencia. Sobresalta el oído.

¿Son las voces atrapadas de los ahogados

o el extraño grito de criaturas mudas

que anhelan algo más, ser humanas?

Como nosotros. Siempre condenados.

No consigo poner en palabras

el canto de lo inalcanzable, y tarareo.

 

Siempre he vivido en una cueva marina

en la que aguarda un hombre oscuro, indolente.

Su cara, medio escondida, medio visible

es como la luna incipiente, impasible

y, como la luna, observa el desvelo de la noche.

Inútil concebir un rescate, aunque

lo esperamos. Luz. Una llama

se eleva lentamente como una lámpara de aceite,

ojos prendidos por una oleada de perdido resplandor.

 

A la luz las mujeres con chal se marchitan,

su incesante vigía requiere un velo.

El hombre oscuro, iluminado queda al descubierto.

Una vez bastará. Un profundo beso

de luz para eclipsar la última charca de oscuridad

en Europa y todo volverá a la tiniebla,

reposado, seguro de que mañana

será esplendoroso. La espera es antigua;

ningún dios ha resucitado aún en este frío mar.

 

Sin embargo, las noches en que el cielo hurta

las últimas gotas de luz del agua

y las olas, inocentes y enmarañadas en algas,

succionan y murmuran en la cueva, recuerda

que no lejos de aquí un hombre quebrantó su fe;

necesitado de lastre para el bote

tomó las piedras de la capilla de una isla sagrada.

Más tarde, atormentado, al lanzarlas por la borda

miró hacia atrás y vio que las piedras robadas flotaban.

The Cave

 

What shades will enter my dark cave tonight?

Who will the moon render powerless or strong?

What shapes? The fuss and tumble

of a Hollywood battle scene?

An unshriven soul, thin and white?

Sea virgins might even now be swimming in

with those grey ancestors of the Mac Conghaile,

the seals. The toss and tangle of shawled women

settling in for the long haul is certain.

 

Certain the dark hours falling silently

off all the precarious roofs of dreams,

frantic in the web of dream's unquiet authority.

Those shrill or whispering ghosts

the ancestral dead, enter nightly

claiming to be heard. They thresh the straits

of broad and slender vowels, choking on words.

My mouth is wracked like a poem

stretched between spark and shape.

 

‘Caol le caol agus leathan le leathan’ mocks me.

I listen to the seals' sweet haunt

and trace its provenance. It shocks the ear.

Are these trapped voices of the drowned

or is it the strange cry of dumb creatures

longing for something more, to be human?

Like ourselves. Always we are doomed.

I cannot put English on this,

the song of unattainable things, so I hum.

 

I have always lived by a sea cave

where a dark man waits, incurious.

His face, half-hidden, half-seen

is like the incipient moon, unmoved

and like the moon he watches the night unfold.

Useless to expect rescue but nonetheless

we expect it. Light. A flame

slowly turned up like an oil lamp,

eyes kindled by a swell of lost radiance.

 

In light the shawled women shrivel,

their incessant watching requires a veil.

The dark man, illumined is unmasked.

Once would be enough. One deep kiss

of light to eclipse the last pool of darkness

in Europe and all sink back into shadow

rested, confirmed that tomorrow

will be glorious. The wait is ancient;

no God has risen from this cold sea yet.

 

Yet, on nights when the sky plunders

the last drops of light from the water

and waves, innocent with tangled seaweed

suck and mutter in the cave, remember

that not far from here a man broke faith;

in need of ballast for his boat

he took the chapel stones from a sacred island.

Later, heaving them overboard uneasily

he looked back and saw the stolen rocks float.

 

Espacio Tiempo Curva

 

Entonces era mi cuchillo.

Destellos de acero

en el sol.

Cortó una naranja en cuatro trozos

y me ofreció uno,

la hoja empapada en dulce zumo.

 

Así era en el sol,

fresas para comer y un baño

en la vida misma. La vida sabe

a sal y fresas

a lamer la hoja de acero,

después, una espina en el pie.

 

Cuando el tiempo vira y se encrespa

hacia atrás y estamos suspendidos

en lo alto de una ola desplegada

la joven, la fruta y el hombre

con el cuchillo en la mano.

Space Time Curve

 

He was my knife then.

There were flashes

of steel in the sun.

He cut an orange into quarters

and handed me one,

the blade sweet with juice.

 

That’s how it was in the sun,

strawberries for lunch and a swim

into life itself. Life tastes

of salt and strawberries

and the flat lick of steel

then the sting of a thorn in your heel

 

When time swerves and curls

backwards and we’re poised

at the top of a wave all unfurled

the girl, the fruit and the man

with the knife in his hand.

 

Quizás

 

Uno se cansa de ser salvaje

cuando la cresta de una ola rota por el viento

es algo habitual. El peregrino

en la roca quiere volver

a su vida normal antes de ser salvaje,

ave rapaz o correr peligro de extinción.

Quizá le gustaba ser halcón

sin adjetivo alguno.

 

Quieres salir en un bote y pescar

sin que los guardacostas te aborden

como si fueran la Marina de los EE.UU.

y escondieras un alijo

de inmigrantes para el mercado negro.

Quieres estar al sol, en la playa

viendo los cambios purpúreos en una poza

con marea baja y no sentir vergüenza

 

por conocer cada centímetro de la costa,

aunque no el nombre específico de cada cosa,

ni sus implicaciones científicas.

Uno también se cansa

de que todo sea maravilloso.

Maybe

 

You get tired of being wild

when the crest torn from a wave in wind

is an everday thing. The peregrine

on his rock wants to go back

to normal life before he was wild

or endangered or a raptor.

Maybe he liked being a hawk

without any adjectives.

 

You want to go out in your boat and fish

without bailiffs arriving to board

as if they were the U.S. Navy

and you were hiding a catch

of immigrants for the black market.

You want to be on the strand in the sun

watching the purplish shifts in a pool

at lowtide and not feel ashamed

 

to know every inch of shore

but not the proper names for things,

nor the scientific implications.

You too get tired

of everything being marvellous.

 

Tierra de ángeles

 

Los niños nunca supimos

de aquellos lugares. La inquebrantable

reserva de las mujeres nos protegía

de lo que pudiera aterrorizarnos.

Oíamos los pavorosos susurros

y poblábamos de espectros aquellas moradas.

 

Pero nunca los vimos. Enterraban

a los inocentes sin bautizar al borde del mar

y en cementerios sin consagrar

junto a muros divisorios. Se abandonaba

a los niños medio humanos-medio almas

para que siguieran solos su camino por la

orilla nocturna.

 

Los funerales estaban prohibidos,

¿dónde lloraban las madres

en las diminutas casas irlandesas

tan queridas en aquellos tiempos?

Nunca delante de los niños.

¿Dónde entonces? ¿En el pajar, en el establo,

en las sombrías capillas de la iglesia?

 

Esa rígida religión cristiana

mortificaba la carne

y dejaba a las madres hueras,

con los pechos doloridos, siempre temerosas

de lo que trajeran las tormentas invernales

y de los sueños que las acometían como perros.

Cealtrach

 

The children were never told

about those places. The unbreachable

silence of women protected us

from terrible things.

We heard the dread whisperings

and peopled the swarming spaces with ghosts.

 

Yet we never knew. They buried

unnamed innocents by the sea’s edge

and in the unchurched graveyards

that straddled boundary walls. Those infants

half-human, half-soul were left

to make their own way on the night shore.

 

Forbidden funerals, where did mothers

do their crying in the two-roomed cottages

so beloved of those Irish times?

Never in front of the living children.

Where then? In the haggard, the cowshed,

shadowed alcoves of their church?

 

That Christian religion was hard.

It mortified the flesh

and left mothers lying empty,

their full breasts aching, forever afraid

of what the winter storms might yield,

their own dreams turning on them like dogs.

 

Descenso

 

Te he buscado entre los griegos

en los que el odio y el amor son cercanos como la sangre,

y la sangre se valora, y nada más .

 

Descendí entre los griegos a regañadientes

sin confiar en el expolio fariseo, pero ya

no hay tiempo. Se ha tirado de los hilos

 

el tiempo se ha tejido, anudado, cortado. Fui

a las ciudades y las islas lejanas

y encontré estatuas, mujeres con ojos ciegos

 

y despiadadas. En templos, en bares y casas,

en todas partes vi tu semejanza, y en todas partes

mujeres con mirada cansada

 

fija en la lejanía, en una isla azul

con delfines y un olivo, el peligroso toro

en su laberinto, y la mujer que sujeta el hilo.

 

Ninguna me habló, solo era otra

madre desesperada buscando a su hija.

Allí están acostumbradas.

Descent

 

I have looked for you among the Greeks

where hate and love are close as blood

and blood is worth so much and no more

 

I went down among the Greeks reluctantly

not trusting in cheap plunder but there is

no more time. Threads have been pulled

 

time woven, knotted, snipped. I went

to the cities and the far islands

and met statues, women with blind eyes

 

and no mercy. In temples and bars and houses

everywhere I saw your likeness, and everywhere

women with their bored gaze

 

fixed beyond me, on some blue island

with dolphins, an olive tree, the dangerous bull

in his maze, and the woman who holds the thread.

 

None of them spoke to me, just one more

crazed mother searching for her daughter

they are used to that here.

 

Vigilia

 

He pagado la moneda que el tiempo me ha extraído

en mi boca hay otra para el sudario

un pago voluntario para cuando te encuentren.

 

Permaneceré en la corriente helicoidal y los vientos

me abrasarán los tobillos, hasta que alguien mire

y diga “trato hecho”, entonces me hundiré

 

para reunirme con ella y llevarle las

semillas rojas del sol que le recuerden su hogar.

Permaneceré allí hasta que quiebre la oscuridad.

Vigil

 

I have paid the coin time has extracted

with another in my mouth for the shroud

a willing deposit for when you are found.

 

I will stand in the helical stream with the winds

scorching my ankles until someone looks up

and says ‘Bargain’ and then I will go down

 

to meet her and bring the small red

seeds of the sun to remind her of home.

I will stand there until the dark breaks open.

 

Sin título 2

 

Soy Grace, reina de hombres,

querida de mil navíos,

señora de Bunowen.

Madre trabajadora,

conservo mi apellido de soltera.

Untitled 2

 

I am Gráinne, Queen of men,

mistress of a thousand ships,

bunowen's chatelaine.

A working mother,

I keep my maiden name.

 

La petición

 

A las nueve en el hotel.

Si no vienes o llegas tarde

nos veremos en la tumba.

Creo que deberías ponerte

un vestido.

¿Te parece bien? Por supuesto,

ninguna mujer de Connemara que se precie

aparecería en un cementerio

con menos.

The Assignation

 

‘I'll meet you at the hotel at nine.

Failing that, or if you're late

we'll meet at the grave.

I've thinking of what you should wear.

A dress,

does that sound alright? ‘O definitely.

No self-respecting Connemara woman

would appear in a cementery

in less.’

 

*Traducción del inglés de Enrique Alda


NOTA

 

[1] “Las finas con las finas, las anchas con las anchas”.

 

Mary O'Malley

[Connemara, 1954] Estudió en la University College de Galway. Vivió durante ocho años en Portugal donde se desempeñó como profesora en la Universidade Nova de Lisboa. A su regreso a Irlanda, en 1990, empezó una fructífera obra poética que abarca siete títulos: A Consideration of Silk (1990), Where the Rocks Float (1993), The Knife in the Wave (1997), Asylum Road (2001), The Boning Hall (2002), A Perfect V (2006), Valparaiso (2012), Playing the Octopus (2016), por el que recibió el Michael Hartnett Poetry Award, y Gaudent Angeli (2019). Ha sido galardonada con el Hennessy Award en 1990, el premio Lawrence O'Shaughnessy en su 13ra edición, así como la Mención de Honor de la National University of Ireland, en Galway, en 2021.

Mary O’Malley

Enrique Alda

Licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Salamanca, comenzó sus estudios de traducción en el Polytechnic of Central London, la Thames Valley University de Londres, Reino Unido y la California State University de Los Angeles, EE.UU. Ha disfrutado de becas en la Magyar Fordítóház Alapítvány en Balatonfüred, Hungría; The Tyrone Guthrie Centre en Newbliss, Irlanda; el College International des Traducteurs Litteraires en Arles, Francia; el British Centre for Literary Translation de la University of East Anglia en Norwich, Reino Unido y la Casa del Traductor de Tarazona, de la que fue coordinador y asesor técnico durante un año.

Enrique Alda

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