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Elio Pecora | Refracciones
“¿Qué función tiene la poesía?, en verdad no lo sé.
Es simplemente, por así decirlo, la manera en la cual
la luz o la oscuridad se refractan”
Iosif Brodskij. Conversaciones
Es tanto el estruendo, tan imparable el escándalo
que queda en la razón un feble murmullo, un susurro
solamente audible para los más cercanos y atentos y absortos.
Cuando las Furias acechan y todos están abrumados
y enmudecidos, ni siquiera atemorizados si el horror se ensaña,
cuando la orquesta enloquece con percusiones y tímpanos
y sistros, ¿quién no podrá oír el ataque de un oboe,
el acorde de una viola, el crescendo de una flauta?
Sin embargo, hay todavía quienes esperan en la oscuridad de la noche,
fuera de los muros, más allá de las puertas,
próximo, incontaminado el silencio.
È così tanto il frastuono, così inarrestabile lo scandalo
che alla ragione resta un flebile mormorio, un sussurro
udibile soltanto dai più vicini e accorti e assorti.
Quando le Furie incombono e ognuno è travolto
e ammutito, nemmeno atterrito se l’orrore imperversa,
quando la band impazza con percussioni e timpani
e sistri, chi mai potrà udire l’attacco di un oboe,
l’accordo di una viola, il crescendo di un flauto?
Pure v’è ancora chi attende nel chiuso della notte,
fuori delle mura, al di là delle porte,
prossimo, incontaminato il silenzio.
*
Hay días, horas en las que todo se ha perdido,
cada gesto inútil, risible toda esperanza:
el cuerpo vacío aguarda su ruina
en aquella nada en la que tantas veces se había presentado
—pero era solo una amenaza, una idea—
como la última y definitiva salud.
En aquellas horas, en aquellos días cada historia, todas las historias
se reducen a un insensato sucederse
de conquistas y de pérdidas y el planeta entero
no es sino el habitáculo en ruinas
de una humanidad enemiga de sí misma.
(Si también es un sueño, esta es la peor de las pesadillas).
Y todo se habría perdido si desde el corazón cerrado
no floreciera inesperadamente una nube violeta,
el olor de una comida, de una voz al teléfono,
de un libro sobre la mesa todavía por leer.
Así el mundo entero se llena de historias acabadas,
de viajes, de paradas y un dios munífico
dibuja en el vasto y claro cielo un arcoíris.
*
Vi sono giorni, ore, in cui tutto è perduto,
ogni gesto inutile, risibile ogni speranza:
il corpo vuoto attende il suo disfarsi
in quel niente che tante volte s’era presentato
—ma era solo una minaccia, un’idea—
come l’ultima definitiva salute.
In quelle ore, in quei giorni ogni storia, tutte le storie
si riducono a un susseguirsi insensato
di conquistare e di perdite e l’intero pianeta
non è che l’abitacolo in rovina
di un’umanità nemica a se stessa.
(Se pure è sogno, questo è il peggiore degli incubi).
E tutto sarebbe perduto se dal cuore chiuso
non affiorasse inattesa una nube violetta,
l’odore di un cibo, una voce al telefono,
il libro lasciato sul tavolo ancora da leggere.
Così il mondo intero si popola di storie concluse,
di passaggi, di soste e un dio munifico
disegna nel cielo vasto e chiaro un arcobaleno.
*
Hay siempre un camino por recorrer
incluso solo para llegar al final del día.
Y no es cuestión de minutos ni de horas,
ni del sol que se enciende ni de la noche que se agacha,
sino más bien de pasos, de ojos, de vigilancias
forzadas, de desatendidos abandonos.
Y luego las mismas preguntas sin resolver:
“¿por qué todo esto?” y “¿cuánto durará?”,
“¿cómo será mañana?” y las mismas respuestas:
“vamos… aquí estamos… nos quedamos”.
Hay quien se aquieta con poco o duerme
sobre el agua corriente y quien se esconde
dentro de una lábil alegría.
La felicidad,
la incomparable, no transige:
sino es solo un estandarte, ciertamente un simulacro.
*
Ve n’è sempre di cammino da fare
anche solo per arrivare a fine giornata.
E non è questione di minuti o di ore,
del sole che s’accende, della notte che s’accuccia,
piuttosto di passi, di occhi, di vigilanze
forzate, d’invigilati abbandoni.
E puoi uguali irrisolte domande:
“perché tutto questo?” e “quanto durerà?”
“come andrà domani?” e le stesse risposte:
“andiamo… ci siamo… restiamo…”.
C’è chi s’acquieta nel poco o dorme
sull’acqua corrente e chi si nasconde
dentro una labile allegria.
La felicità,
lei l’inconfrontabile, non transige:
ma è solo un vessillo, certo un simulacro.
*
“El arte se nutre de la sangre del artista"
Edvard Munch
¿Dónde han acabado los días, las horas,
cuando, cerrado en un surco de tierra oscura,
esperabas palabras, sílabas, giros de frase
que finalmente significaran
la entrega inexplicablemente prometida?
Es desmesurado el silencio que sucede al rumor,
es la nada, el vacío privado de voces de ecos,
y, si antes es el miedo y el horror, después
es la incógnita de una nueva salud.
*
“L’arte si nutre del sangue dell’artista”
Edvard Munch
Dove sono finiti i giorni, le ore,
quando, chiuso in un solco di terra scura,
attese parole, sillabe, giri di frase
che finalmente significassero
la consegna inspiegabilmente promessa?
È smisurato il silenzio che succede al rumore,
è il niente, il vuoto privo di voci di echi,
e, se prima è la paura e l’orrore, dopo
è l’incognita di una nuova salute.
*
Estamos de acuerdo en que es un asunto extraño
bregar en el fango ojeando las estrellas
y que es una infamia que un dios haya creado
el fango en el que todos bregamos.
*
Conviene che è una strana faccenda
annaspare nel fango occhieggiando le stelle
ed è un’infamia che un dio abbia inventato
il fango in cui tutti annaspiamo.
*
El engaño no ha sido moverse en este recinto,
sino dar por cierto una promesa falsa.
Cuando lo mejor era abandonarse en el viento,
conciliarse en el espejo, hacerse ligero en la salida.
*
L’inganno non è stato muoversi in questo recinto,
ma tenere per certa una promessa bugiarda.
Quando, il meglio era lasciarsi nel vento,
accordarsi allo specchio, farsi leggero all’uscita.
*
No hay tiempo para el amor. El dios de las flechas
puede presentarse sin ser llamado ante el hombre viejo
y al cuerpo debilitado poderosamente encenderlo.
Pero si el impenitente no subyuga entonces
al objeto amado, una pena sin escapatoria
hace la rendición extenuante y balbuciente.
*
Non v’è tempo per l’amore. Il dio frecciuto
può presentarsi non chiamato all’uomo vecchio
e nel corpo sfiacchito fortemente accenderlo.
Ma se l’impenitente non soggioga poi
l’oggetto amato, una pena senza scampo
fa strenua e balbetante la resa.
*
La hora está quieta y luminosa, un trino
se expande entre los castaños y los oliveros;
al deseo le basta el deseo
de una felicidad apenas rozada.
*
L’ora è ferma e lucente, un pigolio
si spande fra i castagni e gli ulivi;
al desiderio basta il desiderio
di una felicità solo sfiorata.
*
En el crepúsculo la luz es uniforme,
cada cosa se muestra en su desnudez.
¿Pero, qué queda al hombre de su crepúsculo:
sino su entrada en la vida,
sino su salida en la muerte?
*
Al crepuscolo la luce è uniforme,
ogni cosa si mostra nella sua nudità.
Ma che resta all’uomo del suo crepuscolo:
che del suo entrare nella vita,
che del suo uscire nella morte?
*
Hay una hora en la noche cuando el sueño, que hasta entonces
ha resistido su oscuro gobierno, repentinamente se abre
en la vigilia. De pronto, uno tras otro, como jaurías
de perros nos llegan los pensamientos más profundos,
las amenazas más funestas. Y todo valor se desmorona.
Del pasado no queda ni siquiera una gota de bien,
no hay remedio para lo peor que surge de todas partes:
incubado en cada palabra, se esconde detrás de cada rostro. Y solo
se logra encontrar la fortaleza de encender la lámpara,
de volver a la página del libro abandonado antes
de que el sueño nos envuelva, solo entonces serás capaz
de volver a pronunciar la esperanza. (Filtrada a través de
las persianas entreabiertas la primera luz del alba, lívida, incierta).
*
V’è un’ora della notte quando il sonno, che fino allora
ha retto il suo oscuro governo, d’improvviso si squarcia
nella veglia. Subito, uno dietro l’altro, come torme
di cani affamati si presentano i pensieri più cupi,
le minacce più funeste. E ogni ardire si sfalda.
Del passato non resta nemmeno una stilla di bene,
non v’è rimedio al peggio che spinge da ogni parte:
cova in ogni parola, si nasconde dietro ogni faccia. E solo
si riesci a trovare la forza di accendere la lampada,
di tornare alla pagina del libro lasciato prima
che il sonno t’avvolgesse, solo allora arriverai
a risillabare la speranza. (Trapela dalle imposte
socchiuse la prima luce dell’alba, livida, incerta).
Elio Pecora
[Sant'Arsenio, Salerno, 1936] Ha publicado numerosos libros de poesía, entre los que destacan La chiave di vetro (1970), L'occhio mai sazio (1984), Interludio (1987), La società dei poeti (2001), Nulla in questo restare (2003), Nel tempo della madre (2011), Rifrazioni (2018). Asimismo, entre su bibliografía prosística: Estate (1981), I triambuli (1985) o Il libro degli amici (2017). Entre sus piezas teatrales tenemos: Nell'altra stanza (1987), A metà della notte (1990) y las radiocomedias Il giardino (1996) e Il segreto di Lucio (1997). Es autor además de libros para niños y de ensayos, de una biografía del poeta Dario Bellezza y editor de la obra inédita de uno de sus más cercanos amigos: Sandro Penna. Desde el año 2004, es director de la revista Poeti e poesia. Como crítico literario ha colaborado en diversos medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales.
Reinhard Huaman Mori
[Lima, Perú, 1979] Ha publicado los poemarios el Árbol (2007) y fragmentos de Fuego* (2010), así como la plaquette de poesía Ella (12 secuencias) Isabel Archer (2015). Sus poemas sueltos y dispersos aparecidos previamente en revistas, diarios y antologías han sido reunidos y publicados en el volumen titulado E·C·O·S (2019). Fue director de la revista Ginebra Magnolia.
Actualmente, es el OJO izquierdo de esta revista.