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Miguel Lerzundi | Superación impersonal
caí por segunda vez
he sido fulminado
por una voz que habla desde lo profundo
por debajo de las negras aguas
tan tibias
dos veces más puras que el cielo
tres veces más oscuras que la razón
tan densas como el légamo en el cauce
el torrente se abre bajo mis pies
me traga
susurra y me llama
me rodea y me engulle
pero estoy tan cómodo, tan cómodo
un batallón de hormigas soldado
merodea mi conciencia
¿creías que dejaríamos
que nos postren así,
de rodillas?
y caí por tercera vez
he sido bautizado nuevamente
por una voz que grita debajo de las aguas
dos veces más impura que el cielo
tres veces más débil que la razón
fría como el légamo del cauce
pero estoy tan cómodo
tan cómodo que podrías matarme
estoy débil y narcotizado
de rodillas otra vez
perdido en mi euforia
regreso y despierto en la corriente subterránea
parece que no hay salida
***
un seno gigante tritura todo en su camino
con una mueca de arlequín triste
golpear, desintegrar
si doy en el centro de gravedad
la efigie se desintegrará
en una gloriosa explosión de residuos blancos
danzar desnudo y festivo
con un gorro frigio y los testículos al aire
danza sobre trozos de hueso seco
molerlos en harina
un waylas hasta hacerlos polvo,
hasta que no quede coyuntura o composición,
hasta que sólo queden átomos.
Galería de arcos como costillar de ballena
en cada uno de los arcos
hay un individuo
viste pantalón de mezclilla apretado
botas y bufandas deformes
nueve meses por año
la mirada fija o perdida en el pavimento
el humo del cigarrillo bulle
resoplido con violencia de locomotora
previamente aspirado con fruición
aspiración y expiración como un trámite
el cigarrillo desaparece
queda el gesto de la boca siempre hambrienta
cansado de ser tan joven veinticuatro horas al día
la mente fija en la búsqueda de empleo
o en la pareja de viaje en Madrid
las piernas cruzadas escondiendo el sexo
protegiéndolo del frío
***
Bajé a lo profundo
cómodo de engaño
cortando mis rizomas
separándome en pedazos
por resbaladizos agujeros me deslicé
máquinas obtusas rampan en una sima mineral
el universo se inclina al abismo
en el cristal de mi retina
cristal desierto
autómata
con él miro hacia lo alto
hacia la superficie
hacia una libélula en la superficie
espérame
***
no existe la simplicidad, sino las simplificaciones
corta la pera en dos, de una vez
todo pasa primero por el cuerpo
el cuerpo; se orienta hacia sí mismo
el cuerpo; más allá y más acá del lenguaje
el cuerpo; la respuesta a una situación
el cuerpo; lo que lucha contra el caos
el cuerpo; chupa información y responde
el cuerpo; para sobrevivir
llega a mutilarse
toda estandarización es una mentira
la verdadera cura es a la enfermedad
no al dolor
el académico tomó una dosis del maestro y dijo:
nuestros condicionamientos han sido desherbados
la carta no es el territorio
para sobrevivir, estamos programados
el objeto más complejo del planeta
es la grasa que tienes en el cráneo
el mini saco que baja pudorosamente sobre los muslos
condenados a ser todos disjuntos
torneados, que desembocan en pequeñas pantorrillas
conceptos escondidos
para aquellos acunados en el témpano de la ciencia
universo en expansión y otros universos probables
el adversario llevó al viajero a la cima del monte:
híncate ante mí y ninguna certeza será tuya
la visión explota en rojo,
estrés post traumático,
las gentes que corren horripiladas,
que huyen por el puente de Brooklyn
del fuego y ceniza de las torres gemelas
para ser juntos y en seguridad con gente que se ama,
pero siempre los muslos implacables
La materia es energía,
no hay botella solo dibujos de ella,
mi cerebro está en llamas,
mi nariz humea.
El mejor ejemplo de amor es el cuerpo
dos mil quinientas caídas antes de andar
el stress es el medio, la respuesta, el fin
El cuerpo es conflicto
tensión y satisfacción, infinito
inhibiendo las respuestas automáticas
nuevas ramificaciones de neuronas, la supernova de sus muslos
el conflicto está en nosotros
la cafeína en mis venas
no te sientes en el borde de la mesa
el pecho se hincha y la camisa revienta
el conocimiento libera pero tengo hambre, carajo
los sabios departen
al frente los adolescentes se sopapean las nalgas y se tratan de maricas
no tengo religión sino ansiedad.
Única. Incompresible...
Fosforescencia
piel extremadamente pálida
iridiscente bajo el encaje negro
olor a limón
obsceno gusano escarlata en la boca
rostro de brisa balcánica
ojos de ciervo exultante
saca una laptop y escribe doblada
responde, zafia, su teléfono
apareció en la calle hace un par de semanas
detesta el arte
*Inéditos
Miguel Lerzundi
[Lima] Es bachiller de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Licenciado en Filosofía y Psicología de la Universidad París y Magíster de Filosofía por la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París. Reside en esta ciudad desde el 2007 donde ha realizado, además, estudios de cine y creación literaria. Un destino hermético enhebra aquí sus actividades. Publicación en la antología Kimono et Bikini (2009, ediciones de la Sorbona). Fundación del grupo literario Exilio el 2009 con el cual publica una revista del mismo nombre. Participa en el movimiento Cornelista Internacional desde 2013. Colabora en el sello independiente de poesía Nos Es Nada desde 2015. Realiza, asimismo, cortometrajes. Cantante y guitarrista del grupo de post punk Rímac. Su poemario Superación Impersonal y el ensayo filosófico Hacia un principio naturalista del sentido de la vida o la síntesis del placer y la virtud se encuentran en proceso de edición.