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Esteban Ortega Ramos | sextinas sonatina melaninas
XI
tálasosextina
Los cefalópodos, por ejemplo los pulpos
—célebres su agresividad e inteligencia—,
opresores marinos de vetustos pueblos,
perdieron el poder en favor de los peces,
que esperaban océanos de democracia
y encontraron mareas de capitalismo.
Los pescadores, reyes del capitalismo
—en verdad la metempsicosis de los pulpos—,
tienden redes de arrastre en donde democracia
(equitativa anulación de inteligencia
e integridad desintegrada de los peces)
es el poder no de, sino sobre los pueblos.
Y el tirano que oprime a todos nuestros pueblos
es el terrible monstruo del capitalismo
que ya desde pequeños alimenta peces
a su lado dejando unos pocos de pulpos
viejos para aterrorizar su inteligencia
y que crean vivir en una democracia.
Pero de viejos morirán, y en democracia
estarán todos y cada uno de los pueblos;
entonces se despertará su inteligencia
y juntos lucharán contra el capitalismo
sabiendo cuáles son los verdaderos pulpos
al darse cuenta al fin de que todos son peces;
y la fuerza conjunta de un banco de peces
será la auténtica y genuina democracia
cuyo nombre han manchado de tinta los pulpos,
dictadores cromáticos; pero los pueblos,
ante la oceanización del capitalismo,
limpiarán la palabra con su inteligencia.
¿Y cuándo ocurrirá eso si la inteligencia
en abisales fondos yace de unos peces
que se mueven al margen del capitalismo,
si es irrecuperable ya la democracia,
si los pueblos serán eternamente pueblos
y los pulpos serán eternamente pulpos?
Pulpos del capital, opresores de pueblos,
la democracia muere en el capitalismo,
los peces sin el aire de su inteligencia.
“Al Yoga, al Alba, al Gayo el nombre debo.
Yagar es lo que hago,
Goya al revés lo dice: YAGO”
VII
primera melanina
El campesino de Almería es negro
y le explotan en negro cada día
hasta que muere, asesinado. ¡Es hora
de que tome la tierra, que la tierra
es suya, y de que expulse al hombre malo
que se hace rico haciendo al negro pobre!
Quien se hace rico haciendo al negro pobre,
pobre de corazón, corazón negro,
es un villano avaricioso y malo;
no merece la luz de cada día,
no merece vivir en esta tierra,
no merece vivir. ¡Llegue su hora!
Un negro en bicicleta cada hora
muere arrollado por ser negro y pobre
y con su sangre alimentar la tierra.
¡Rebélate contra tus amos, negro!
Que aunque empresarios digan ser hoy día
son esclavistas, los de siempre. Malos,
malos como la mala hierba, malos
como la maldad misma. Cada hora
un negro asesinado. En este día
veo más claro que también soy pobre,
veo más claro que también soy negro
y he decidido trabajar la tierra.
Junto a vosotros tomaré la tierra
y expulsaremos de la tierra al malo;
untándome de tierra me haré negro
y lucharemos. Llegará la hora
en la que el propietario, vuelto pobre,
muera de nuestra muerte cada día.
Y cuando llegue tan ansiado día,
perdonaremos. Y será la Tierra
un paraíso. Nadie será pobre.
Pero no olvidaremos. Nadie malo.
Y volverán a ser dulces las horas
en las que juntos trabajemos. Negro,
negro que arriesgas todo cada día
por trabajar la tierra de un malvado,
¡ya es hora de que acabe tu pobreza!
VIII
segunda melanina
Los hijos europeos de la negra África
(perdón, del África subsahariana), dicen
que en África las cosas son de otra manera,
que no hace falta trabajar para vivir,
son médicos las plantas y andan los zagales
desnudos entre cocoteras. Se preguntan,
si es que le queda a Europa algo que preguntarse,
por qué se los llevaron de su negra África
y por qué aquí no se desnudan las zagalas
si no es en la bañera o en la cama. Dicen
con razón que esto no es manera de vivir
mas tampoco poder vivir de otra manera.
¿Será que uno de niño ve de otra manera
las cosas?, ¿será África también —preguntan—
una quimera? Quieren volver a vivir
desnudos entre cocoteras de su África,
pero en la Escuela, en Casa, en la Te Ve, les dicen:
LUCHA POR TU FUTURO, OLVIDA LAS ZAGALAS
«¡A la mierda el Futuro y vivan las zagalas!»
Exclama el profesor: «¡Oye tú!, ¡esas maneras!,
¡guarda respeto!», y llama al padre y se lo dice.
«¿Así respondes a un maestro?», le pregunta.
Contesta: «Mi única maestra ha sido África,
tu estúpida ambición me trajo aquí a vivir».
Súbitamente lágrimas a revivir
fueron negras al infeliz de que zagales
eran crüel recuerdo él y la madre en África
y de su caminar desnudo. De manera
que, sin quererse responder ni preguntarse
ya más, encuentra soluciones que no dice:
Tragedia en El Ejido [...] Los vecinos dicen
que era alguien muy normal [...] y se quitó la vida
tras acabar a tiros con [...] «Nos preguntamos
cómo ha podido hacer algo así» [...] Los chavales
del istituto están muy compungidos por la manera
en que su amigo ha [...] repatriar su cuerpo a África.
IX
sonatina (tercera melanina)
Adagio-Allegro
a Ana María Mendes, dueña mía.
Eres, como tu tierra debe ser, la vida,
diosa fértil y generosa, perla negra,
toda húmeda tú, sola alegría al barro.
Nos has traído, cuando no llovía, lluvia,
y cuando más había que temerla, un cielo
cristalino. Te has empeñado en ser la madre
de tierra inhóspita que no tenía madre,
de tierra yerma a la que le faltaba vida.
En Guinea-Bissaú debe ser todo cielo
y todo tierra, la color te daban negra
y dejaban desmoronarse en modo lluvia
a tu melena: el agua moldeaba al barro.
Eres arena, suelo, tierra, lodo, barro.
Grave
Aquí, lejos de casa, recuerdo a mi madre,
porque cuando aquí llueve, allí duele la lluvia
golpeando sus pechos que me dieron vida,
pechos viejos, bocados de aureola negra.
Los reflejos del agua no son los del cielo,
yo te mando mi agua y te mando mi cielo
moldeando esta tierra baldía, este barro
del que dejo su esencia en tu tintura negra.
África negra, entraña de la tierra, madre,
¿por qué te escondes?, ¿por qué tú, volcán de vida,
te desintegras ácida bajo la lluvia?
¿Dónde estás, dónde?, ¿dónde se marchó tu lluvia?,
¿por qué te han degradado así, diosa del cielo?,
¿por qué te han condenado a agonizar en vida?
Scherzo (Presto)
Prometeo hizo el hombre y la mujer de barro,
por eso lo primero nuestra tierra madre,
la tierra a cuyo nombre el adjetivo negra
añadió el vate Homero, fue el África negra.
Y que nadie se asombre de que aunque la lluvia
sea de los senderos de los ríos madre,
el que sobre las cumbres caer no ve el cielo
diga que bebe el Duero en sus ojos de barro.
Homero sabe que en la tierra está la vida
y que la vida,
al igual que la tierra, es negra;
y que la llave de la lluvia está en el cielo,
mas yerra en quién del barro
es su querida madre.
XI
tálasosextina
Los cefalópodos, por ejemplo los pulpos
—célebres su agresividad e inteligencia—,
opresores marinos de vetustos pueblos,
perdieron el poder en favor de los peces,
que esperaban océanos de democracia
y encontraron mareas de capitalismo.
Los pescadores, reyes del capitalismo
—en verdad la metempsicosis de los pulpos—,
tienden redes de arrastre en donde democracia
(equitativa anulación de inteligencia
e integridad desintegrada de los peces)
es el poder no de, sino sobre los pueblos.
Y el tirano que oprime a todos nuestros pueblos
es el terrible monstruo del capitalismo
que ya desde pequeños alimenta peces
a su lado dejando unos pocos de pulpos
viejos para aterrorizar su inteligencia
y que crean vivir en una democracia.
Pero de viejos morirán, y en democracia
estarán todos y cada uno de los pueblos;
entonces se despertará su inteligencia
y juntos lucharán contra el capitalismo
sabiendo cuáles son los verdaderos pulpos
al darse cuenta al fin de que todos son peces;
y la fuerza conjunta de un banco de peces
será la auténtica y genuina democracia
cuyo nombre han manchado de tinta los pulpos,
dictadores cromáticos; pero los pueblos,
ante la oceanización del capitalismo,
limpiarán la palabra con su inteligencia.
¿Y cuándo ocurrirá eso si la inteligencia
en abisales fondos yace de unos peces
que se mueven al margen del capitalismo,
si es irrecuperable ya la democracia,
si los pueblos serán eternamente pueblos
y los pulpos serán eternamente pulpos?
Pulpos del capital, opresores de pueblos,
la democracia muere en el capitalismo,
los peces sin el aire de su inteligencia.
fina sextina-acróstico aparecida en
Sextinas: Pasado y presente de una forma poética (Hiperión, 2011).
Los demás textos son inéditos.
Esteban Ortega
[1983] Poeta, profesora y organista políglota. Madrileña, pero no libre (los pobres no podemos ser libres cuando gobiernan los fascistas). Como profesora, ha trabajado 4 años en centros públicos de Andalucía, y otros 4 en Estambul entre el instituto de secundaria de la comunidad sefardí (ULUS Müzevi Lisesi) y el Instituto Cervantes, con el que colaboró también en Shanghái. Como poeta, ha colaborado en diversos panfletos físicos o electrónicos más o menos posmodernos, en la antología Sextinas: Pasado y presente de una forma poética (Hiperión, 2011) y en el 21 festival Aqueteleo (Arnedo, La Rioja). Actualmente, es organista litúrgica en el Real Oratorio del Caballero de Gracia y creadora del primer Festival con, de y sin órgano Sonata de Primavera. Dos o tres jueves al mes organiza pequeños recitales de música sacra en el susodicho templo. Se declara maricón, feminista, antirracista y antifascista, aunque tiene que seguir trabajando cada día para liberarse de la herencia heteropatriarcal que ha recibido como casi todo ser humano en este planeta.